Robert Francis Prevost, elegido Papa León XIV: El primer Papa estadounidense asume el liderazgo de la Iglesia Católica

Robert Francis Prevost, originario de Chicago y misionero con una larga trayectoria en Perú, ha sido elegido el 267.º líder de la Iglesia Católica Romana, tomando el nombre de Papa León XIV.

Su elección tuvo lugar la tarde del jueves (hora local), tras un cónclave relativamente breve que duró menos de 26 horas en la Capilla Sixtina del Vaticano. 

La selección del ex prefecto del Dicasterio para los Obispos, de 69 años, marcó un momento histórico, convirtiéndolo en el primer estadounidense en ocupar el más alto cargo de la Iglesia Católica. 

Una columna de humo blanco que salía de la chimenea de la Capilla Sixtina anunció la decisión, seguida de su aparición en la galería central de la Basílica de San Pedro.

La elección de León XIV sorprendió a algunos, dada la tradicional reticencia del Colegio Cardenalicio, dominado por europeos, a elegir a un papa estadounidense, en parte debido a la preocupación por la supuesta influencia estadounidense. 

Sin embargo, se cree que la amplia experiencia global de Prevost, en particular sus más de 20 años de servicio en Perú, donde también obtuvo la ciudadanía, mitigó estas preocupaciones entre los cardenales electores. 

Sus amigos lo describieron como un candidato «de postura moderada», un firme partidario del papado del papa Francisco y alguien que rehuía la atención pública, visto como un candidato de compromiso después de que los cardenales tuvieran dificultades para unirse con otros.

Su apariencia inicial y la elección del nombre ofrecieron indicios de su posible dirección. 

A diferencia de su predecesor, el papa Francisco, quien prefería las sencillas vestiduras blancas, León XIV apareció con vestimentas papales más tradicionales. 

Eligió el nombre de León XIV, posiblemente en referencia al papa León XIII, conocido por la innovadora encíclica «Rerum Novarum» sobre los derechos de los trabajadores, lo que quizás indica un enfoque en la justicia social o la continuidad con las enseñanzas papales históricas.

Sus primeras palabras desde el balcón del Vaticano fueron: «La paz sea con todos ustedes», y habló de liderar una iglesia que «construye puentes» y dialoga, haciendo hincapié en la búsqueda de la paz y la justicia y en ser una iglesia misionera. 

También rindió homenaje al papa Francisco, instando a recordar su legado.

Sin embargo, los primeros días de su pontificado fueron recibidos con alarma por parte de los católicos LGBTQ+ debido a los comentarios revelados, hechos hace más de una década, como padre Robert Prevost. 

En un discurso de 2012, condenó el «estilo de vida homosexual» y la «redefinición del matrimonio» por ser «contrarios al Evangelio», criticando también la representación mediática de las parejas del mismo sexo. 

Esto contrasta marcadamente con el tono más comprensivo e inclusivo del papado del papa Francisco, que lo vio pronunciar el famoso comentario «¿Quién soy yo para juzgar?», apoyar las uniones civiles, permitir bendiciones para parejas del mismo sexo bajo ciertas circunstancias y reunirse con católicos transgénero. 

Grupos católicos LGBTQ+ como New Ways Ministry y DignityUSA expresaron preocupación, pero también un optimismo cauteloso, rezando para que la mentalidad y el corazón del nuevo papa hayan evolucionado con los años y demuestre disposición a escuchar y crecer. 

El padre James Martin, destacado defensor de los católicos LGBTQ+, ofreció una evaluación optimista de Prevost personalmente, calificándolo de «sensato, amable y modesto».

La elección provocó especial júbilo en Perú, donde sirvió durante tanto tiempo y obtuvo la ciudadanía. 

La presidenta peruana, Dina Boluarte, elogió su «histórica» ​​elección, llamándolo peruano «por elección y convicción». 

En Lima resonaron las campanas, y las redes sociales se llenaron de memes humorísticos que mostraban al nuevo papa disfrutando de la cultura peruana. 

Prevost había interactuado activamente con la sociedad peruana, criticando al gobierno de Boluarte por la muerte de manifestantes y pidiendo perdón a un controvertido expresidente, aunque algunos observadores destacaron su difícil relación con una secta católica de extrema derecha que posteriormente fue disuelta por Francisco.

Las reacciones de todo el mundo fueron abundantes, con políticos estadounidenses de todo el espectro político felicitándolo, aunque algunos señalaron la división dentro de la Iglesia Católica estadounidense en temas sociales. 

Líderes internacionales de Europa y Latinoamérica también enviaron buenos deseos, destacando sus esperanzas de paz, diálogo y apoyo a los migrantes. 

Los observadores del Vaticano describieron a León XIV como un líder reflexivo, mesurado, sereno y equilibrado, capaz de lograr objetivos sin ser autoritario, rasgos quizás perfeccionados durante su extenso servicio en Perú y altos cargos en el Vaticano.

El Papa León XIV hereda una Iglesia que enfrenta desafíos significativos, incluyendo problemas financieros, profundas divisiones sobre temas como la inclusión LGBTQ+, el rol de la mujer y la actual crisis de abuso sexual clerical. 

Sus comentarios iniciales se centraron en la paz, el diálogo y la construcción de puentes, temas que resuenan globalmente. 

Si bien sus comentarios anteriores presentan un claro punto de tensión con la dirección del papado anterior en algunos temas sociales, sus partidarios esperan que su amplia experiencia pastoral, su perspectiva global y su reputación como mediador moderado lo guíen para liderar el avance de la diversa y a menudo polarizada comunidad católica. 

Los próximos meses revelarán cómo el papa estadounidense analiza el complejo legado del papa Francisco y los urgentes problemas que enfrentan el mundo y la iglesia.

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