La Operación Camaleón es una investigación iniciada por el Ministerio Público de República Dominicana sobre una presunta red de corrupción y crimen organizado en torno a un contrato de semáforos otorgado por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT).
La investigación se desarrolló durante dos años y culminó con la detención de siete personas el 2 de octubre de 2024.
A continuación, una cronología de los hechos, según el expediente de Operación Camaleón.
En 2017, comenzó el supuesto esquema de corrupción, según los investigadores del Ministerio Público.
En junio de 2020, se firmó un polémico contrato entre el Ministerio de Defensa y Aurix, empresa propiedad de José Ángel Gómez Canaán (alias Jochi Gómez), figura clave en el caso.
En junio de 2022, Pedro Vinicio Padovani Báez, jefe del Centro de Control de Semáforos del INTRANT, renunció y comenzó a trabajar con Gómez Canaán.
Alrededor de junio de 2022: Hugo Beras fue nombrado Director Ejecutivo del INTRANT.
En octubre de 2023, se firmó un contrato para la modernización del sistema de semáforos del Gran Santo Domingo entre el INTRANT y Transcore Latam, una empresa que luego se reveló que era parcialmente propiedad de Jochi Gómez.
En octubre de 2023, El INTRANT emitió el segundo de dos pagos, por un total del 20% del valor del contrato acordado, a Transcore Latam.
En octubre de 2023, la Dirección General de Contrataciones Públicas (DGCP) suspendió el contrato de semáforos debido a irregularidades.
A finales de octubre de 2023, la DGCP realizó una conferencia de prensa, sin notificar a Hugo Beras, anunciando las supuestas irregularidades en el contrato.
Hugo Beras contrató a Laura Acosta, abogada, para realizar una investigación privada.
En Agosto de 2024, un apagón importante paralizó la red semafórica de Santo Domingo, que se prolongó durante tres días.
Este hecho, posteriormente calificado como un acto de terrorismo en las acusaciones del Ministerio Público, ocurrió poco después de que el INTRANT suspendiera el contrato de Transcore Latam y se dispusiera a retomar el control del sistema semafórico.
En septiembre de 2024, el Ministerio de Defensa rescindió su contrato con Jochi Gómez.
El 2 de octubre de 2024, Hugo Beras defendió públicamente su actuación respecto al contrato de Transcore Latam en el programa radial «El Sol de la Mañana».
Ese mismo día, Jochi Gómez fue detenido para ser interrogado tras un interrogatorio de cuatro horas en la Fiscalía.
Más tarde esa noche, las autoridades realizaron una serie de allanamientos en el Distrito Nacional, Santo Domingo Este, San Cristóbal y Punta Cana, resultando en la detención de siete personas vinculadas a las presuntas irregularidades.
El 3 de octubre de 2024, el Ministerio Público nombró oficialmente la investigación Operación Camaleón y anunció las detenciones.
El 5 de octubre de 2024, el Ministerio Público solicitó prisión preventiva y la declaratoria del caso como «complejo» por su vinculación con el crimen organizado.
El 6 de octubre de 2024, Guillermo Gómez, padre de Jochi Gómez y reconocido periodista, optó por no hacer comentarios sobre el caso de su hijo a petición de su familia.
El 8 de octubre de 2024, la Oficina de Atención Permanente pospuso la audiencia para considerar la solicitud de medidas de coerción contra Hugo Beras, Jochi Gómez y cinco personas más para el martes 8 de octubre a la 1:00 p.m.
Finalmente, el 10 de octubre de 2024, la jueza Kenya Romero impuso tres meses de prisión preventiva a Hugo Beras y Jochi Gómez en la cárcel de Najayo.
El Ministerio Público, representado por Wilson Camacho y Mirna Ortiz, acusó a Hugo Beras de autorizar un proceso de adjudicación fraudulenta mientras dirigía el INTRANT.
Argumentaron que fue un facilitador clave de la presunta corrupción y señalaron como prueba su estrecha relación personal con Jochi Gómez.
Beras negó haber cometido irregularidades y afirmó que le sorprendieron las advertencias de la DGCP sobre el contrato, que ya había sido adjudicado.
También mencionó un contrato separado y no relacionado con el Ministerio de Defensa para asuntos de seguridad nacional.
Jochi Gómez se convirtió en una figura central en la Operación Camaleón debido a su presunta propiedad de Transcore Latam, la empresa adjudicataria del contrato del semáforo a pesar de su reciente formación en 2022 y cuestionables afirmaciones de experiencia.
También fue acusado de haber obtenido ilícitamente documentos confidenciales de la Fiscalía para obstaculizar la investigación.
Durante una entrevista televisada el 27 de noviembre de 2023, Gómez defendió su participación en el contrato, mostrando un acuerdo de distribución entre su empresa y Transcore, que vencía el 10 de marzo de 2024.
También destacó su experiencia previa con el Ministerio de Defensa, proporcionando unidades móviles para operaciones médicas durante la pandemia de COVID-19.
Cabe destacar que Gómez abordó su controvertido pasado, incluidas las acusaciones de extorsión, espionaje y piratería electoral, que se remontan a 2011 y 2012.
Mantuvo su inocencia, alegando que estas acusaciones estaban motivadas por los esfuerzos anticorrupción de su familia a través de su periódico digital, «El Siglo XXI».
Carlos Pimentel, director de la DGCP, jugó un papel crucial en exponer las presuntas irregularidades en el contrato de Transcore Latam.
Afirmó que las investigaciones de la DGCP sobre el contrato estaban en curso y que sólo utilizarían la documentación disponible.
La investigación del Ministerio Público alegó que el contrato de Transcore Latam era parte de un esquema más amplio que involucra:
* La creación de una organización criminal compuesta por funcionarios gubernamentales actuales y anteriores y personas con antecedentes de actividad criminal.
* La selección de Transcore Latam antes de que se iniciara formalmente el proceso de licitación.
* La manipulación de los requisitos de licitación para favorecer a Transcore Latam.
* El uso de un contrato con el Ministerio de Defensa para obtener acceso a información estatal sensible y equipo destinado a agencias de inteligencia y seguridad.
* La adquisición y uso ilegal de tecnología restringida a agencias de inteligencia y seguridad.
* La falsificación de documentos, incluyendo un certificado que afirmaba que el INTRANT contaba con el presupuesto necesario para el proyecto del semáforo.
* El robo de identidad para participar en el proceso de licitación fraudulenta.
* El establecimiento de una compleja red de espionaje satelital, la interceptación ilegal de datos telefónicos y la colocación de drones para la videovigilancia ilícita.
* La adquisición de activos costosos, incluyendo bienes inmuebles y vehículos blindados, y el lavado de dinero proveniente de estas actividades delictivas.
* La obstrucción de las investigaciones iniciales.
La solicitud del Ministerio Público de declarar el caso como «complejo» resaltó la naturaleza intrincada de la presunta corrupción y la participación de figuras influyentes.
Enfatizaron la gravedad de los delitos, que incluyeron el sabotaje de infraestructura crítica, y la necesidad de un tiempo extendido para completar la investigación.
El caso de la Operación Camaleón sigue siendo una investigación de alto perfil en la República Dominicana, lo que genera inquietudes sobre la corrupción, la transparencia gubernamental y el abuso de poder.
Las acusaciones contra los implicados son graves y, de comprobarse, podrían dar lugar a importantes penas de prisión.
A medida que avance el proceso judicial, es probable que el resultado de este caso tenga un impacto significativo en el panorama político del país y en sus esfuerzos por combatir la corrupción.