En las últimas semanas, se han producido una serie de incidentes alarmantes en Estados Unidos, lo que pone de relieve la intensificación de las medidas migratorias bajo la administración del presidente Donald Trump.
Han surgido informes que detallan la detención y deportación de varios titulares de visas y tarjetas verdes, lo que genera preocupación por las implicaciones de estas acciones en las relaciones internacionales y la percepción de EE. UU. como un destino acogedor para los viajeros.
La represión comenzó a principios de marzo de 2025, cuando varias personas, incluyendo estudiantes y profesionales, se vieron envueltas en una red de medidas migratorias.
Entre los casos más destacados se incluyen:
– Mahmoud Khalil, titular de una tarjeta verde y ex estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia, fue arrestado debido a su participación en protestas propalestinas.
Su caso ha atraído mucha atención mediática, ya que plantea interrogantes sobre las motivaciones políticas detrás de su detención.
– Momodou Taal, ciudadano gambiano y británico, y estudiante de la Universidad de Cornell, fue objeto de deportación tras participar en protestas contra fabricantes de armas.
Su equipo legal presentó una demanda preventiva para impedir su detención.
– Badar Khan Suri, estudiante de posgrado de la Universidad de Georgetown, originario de India, fue detenido en su domicilio en Virginia.
Su visa fue revocada en virtud de una disposición que permite la deportación si el Secretario de Estado considera que la presencia de un extranjero constituye una amenaza para la política exterior.
– La Dra. Rasha Alawieh, médica libanesa de la Universidad de Brown, fue deportada a pesar de una orden judicial que impedía su expulsión.
Las autoridades citaron pruebas de su presunta simpatía hacia Hezbolá como justificación de su deportación.
– Fabian Schmidt, ciudadano alemán con tarjeta de residencia permanente, fue detenido al reingresar a Estados Unidos tras un viaje a Europa. Su madre denunció que fue sometido a un interrogatorio violento.
Estos incidentes no solo han afectado a las personas involucradas, sino que también han provocado reacciones internacionales, con varios gobiernos extranjeros emitiendo advertencias de viaje a sus ciudadanos sobre los viajes a EE. UU.
La respuesta de abogados de inmigración y defensores de derechos humanos ha sido de alarma.
Muchos argumentan que las acciones de la administración Trump tienen motivaciones políticas y se dirigen desproporcionadamente a personas en función de sus creencias o afiliaciones políticas.
Abogados de inmigración expresaron su preocupación por las implicaciones para los titulares de tarjetas de residencia permanente, subrayando la vulnerabilidad de todos los no ciudadanos en este país.
A nivel internacional, países como Alemania y Canadá han actualizado sus alertas de viaje, advirtiendo a los ciudadanos que incluso las visas válidas no garantizan la entrada a EE. UU.
El Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania enfatizó que los viajeros podrían enfrentar arresto o detención por infracciones menores.
En medio de estos acontecimientos, se informa que la administración Trump está ultimando una nueva prohibición de viaje, denominada «Prohibición de viaje Trump 2.0», que podría restringir la entrada a ciudadanos de hasta 43 países.
Esta prohibición propuesta busca abordar las amenazas percibidas a la seguridad nacional y ha suscitado preocupación por su posible impacto en las relaciones internacionales y los derechos de los viajeros.
La lista preliminar incluye países clasificados en los niveles «rojo», «naranja» y «amarillo», y las restricciones más estrictas afectan a naciones como Afganistán, Irán y Venezuela.
Esta medida ha alimentado aún más los temores entre los titulares de tarjetas de residencia permanente y visas, quienes se preocupan por su estatus migratorio y la posibilidad de ser detenidos al reingresar a Estados Unidos.