Las autoridades cerraron el viernes el Internet en partes del norte de India e impusieron el toque de queda en una ciudad del sur.
Dos personas murieron en enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que arrojaban piedras enfurecidos por una ley de ciudadanía que discrimina a los musulmanes.
Las protestas se han extendido por toda India desde que el gobierno nacionalista hindú impulsó la nueva ley en el parlamento la semana pasada. Es la mayor muestra de disidencia desde que el primer ministro Narendra Modi llegó al poder en 2014.
El número de muertos por la violencia relacionada con las protestas se elevó a siete.
Un portavoz de la policía dijo que 20 oficiales resultaron heridos en los enfrentamientos en Mangaluru y que se impuso un toque de queda hasta la medianoche del 22 de diciembre.
En Uttar Pradesh, el estado más poblado de la India, donde prevalencen las tensiones comunales entre hindúes y musulmanes, las autoridades ordenaron que se retiraran los servicios de Internet móvil y mensajes de texto hasta el sábado.
La nueva ley facilita que las personas de minorías no musulmanas en Afganistán, Bangladesh y Pakistán que se establecieron en India antes de 2015 obtengan la ciudadanía india.
Los críticos dicen que la exclusión de los musulmanes es discriminatoria y que la concesión de la ciudadanía basada en la religión socava la constitución secular de la India.
Los opositores ven la ley como el último paso del gobierno de Modi para marginar a los musulmanes, que representan el 14% de la población de la India.
El gobierno dice que la ley tiene como objetivo ayudar a las minorías religiosas que enfrentan persecución en los países vecinos en gran parte musulmanes.