En la bulliciosa ciudad de Guangzhou, una vlogger de 32 años llamada He Ajun se ha convertido en un faro de esperanza y una voz para la juventud china desilusionada.
He, que antes era educadora, se encontró lidiando con el desempleo de larga duración a la edad de 31 años, una realidad que muchos jóvenes graduados enfrentan ahora en un mercado laboral que se ha visto gravemente afectado por las crisis económicas y las cambiantes demandas de la industria.
Mientras documentaba su viaje a través del desempleo en las redes sociales, sus publicaciones sinceras resonaron en miles de personas, lo que le valió un seguimiento de 8400 personas que buscan orientación y solidaridad en estos tiempos difíciles.
El trasfondo de la historia de He es una estadística asombrosa: en julio de 2023, el desempleo juvenil urbano para los aproximadamente 100 millones de chinos de entre 16 y 24 años se disparó al 17,1%.
Sin embargo, se cree que esta cifra oculta la verdadera magnitud de la crisis, ya que millones de jóvenes rurales siguen desaparecidos.
La situación llegó a un punto álgido a principios de junio, cuando el desempleo juvenil alcanzó un máximo histórico del 21,3%, lo que llevó al gobierno a suspender la publicación de esos datos, una medida que generó sorpresa y críticas entre los analistas y el público por igual.
El panorama económico de China se ha visto empañado por una miríada de desafíos, incluida una crisis en el sector inmobiliario, la baja confianza de los consumidores y las tensiones geopolíticas con los Estados Unidos y la Unión Europea.
Estos factores han sofocado colectivamente la creación de empleo, en particular en sectores de cuello blanco como las finanzas y la tecnología, donde los despidos se han vuelto alarmantemente comunes.
Cabe destacar que grandes corporaciones como Tesla, IBM y ByteDance han anunciado recientemente importantes recortes de empleo, lo que exacerba aún más la crisis de empleo para los recién graduados.
En respuesta a la creciente presión, el presidente Xi Jinping ha enfatizado la importancia de la creación de empleo para los jóvenes, calificándola como una de las principales prioridades del gobierno.
Ha pedido un mayor acceso a posibles empleadores a través de ferias de empleo y ha introducido políticas de apoyo a las empresas destinadas a impulsar la contratación.
Sin embargo, la realidad sobre el terreno cuenta una historia diferente.
Muchos graduados, a los que se les prometió un futuro más brillante mediante la educación superior, ahora están regresando a sus ciudades de origen, dependiendo de las pensiones y los ahorros de sus padres, un fenómeno que se ha denominado «hijos a tiempo completo».
Sin embargo, He Ajun ha tomado un camino diferente.
Convirtiendo su desgracia en una oportunidad, se ha lanzado al trabajo independiente, generando un ingreso de alrededor de 5.000 yuanes (700 dólares) por mes a través de sus vlogs, edición de contenido, consultas privadas y venta de artesanías en puestos callejeros.
«Creo que en el futuro el trabajo independiente se normalizará», afirma, destacando un cambio en el panorama laboral donde la seguridad laboral tradicional es cada vez más esquiva.
Su historia es emblemática de una tendencia más amplia entre los jóvenes que buscan vías alternativas para obtener ingresos en medio de un mercado laboral cada vez más ajustado.
El auge de la economía informal, con más de 200 millones de personas que actualmente se dedican a diversas formas de trabajo autónomo, refleja un cambio significativo en la forma en que los jóvenes abordan sus carreras.
Sin embargo, incluso este sector, que alguna vez fue próspero, enfrenta sus propios desafíos, con advertencias de sobresaturación en los servicios de transporte y otras plataformas de trabajo informal.
La competencia por las escasas oportunidades ha llevado a muchos a cursar estudios de posgrado con la esperanza de destacar en un mercado laboral abarrotado.
Sin embargo, esto ha resultado en una inflación de diplomas, donde el valor de los títulos avanzados disminuye a medida que más graduados inundan el mercado.
Los críticos argumentan que el enfoque del gobierno en las «nuevas fuerzas productivas», particularmente en industrias de alta tecnología como la inteligencia artificial y la robótica, ha dejado atrás a una generación de jóvenes altamente educados que no están preparados para el panorama laboral actual.
El énfasis en estos sectores emergentes ha creado una desconexión, ya que muchos graduados se encuentran incapaces de hacer la transición a roles que requieren habilidades que no poseen.
La frustración es palpable, y muchos sienten que sus años de trabajo duro y logros académicos no se han traducido en perspectivas laborales viables.
A medida que la situación continúa evolucionando, el gobierno chino ha comenzado a reconocer el creciente descontento entre los posgraduados urbanos.
En un intento por abordar el problema, las autoridades han señalado un compromiso para combatir la «discriminación de primer grado» en las prácticas de contratación, que históricamente ha favorecido a los graduados de instituciones prestigiosas.
Sin embargo, la eficacia de estas medidas aún está por verse, ya que el mercado laboral continúa estrechándose.
En conclusión, la historia de He Ajun y la difícil situación de los jóvenes chinos en el mercado laboral encapsulan una narrativa más amplia de resiliencia y adaptación frente a la adversidad. Mientras la economía se enfrenta a desafíos significativos, las experiencias de jóvenes como He sirven como recordatorio de la importancia de la innovación y la flexibilidad para navegar en una economía
El futuro es incierto. El camino que tenemos por delante puede estar plagado de obstáculos, pero el espíritu de determinación entre los jóvenes chinos brilla con fuerza, iluminando el camino hacia nuevas oportunidades y posibilidades.