La controvertida política del Título 42 que permitía al gobierno de EE. UU. expulsar a los migrantes en la frontera sin el debido proceso expirará esta noche a las 11:59 p.m. ET., después de que un juez federal dictaminara que es ilegal y viola los derechos humanos.
La administración Biden se está preparando para un posible aumento de los cruces fronterizos no autorizados a medida que se levanten las restricciones.
La política, que fue implementada por la administración Trump en marzo de 2020 con el pretexto de prevenir la propagación de COVID-19, ha sido ampliamente criticada por grupos de derechos humanos, defensores de la inmigración y expertos en salud pública como una violación del derecho internacional y un pretexto para negar a los solicitantes de asilo su derecho a la protección.
La administración Biden, que inicialmente defendió la política en los tribunales, anunció una revisión radical del sistema de asilo que tiene como objetivo crear un proceso más humano y eficiente para los migrantes que buscan refugio en los Estados Unidos.
El nuevo plan, fue presentado hoy por el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, incluye varios cambios claves, tales como:
– Poner fin al uso del Título 42 para familias y niños no acompañados, y eliminarlo gradualmente para adultos solteros lo antes posible.
– Ampliar el acceso a la representación legal y los servicios de gestión de casos para los solicitantes de asilo.
– Aumentar la capacidad de los tribunales de inmigración y reducir la acumulación de casos de asilo.
– Crear alternativas a la detención más seguras y humanas para los solicitantes de asilo que no representen un riesgo de fuga o un peligro para la seguridad pública.
– Mejorar la cooperación con socios regionales para abordar las causas profundas de la migración y brindar protección a las poblaciones vulnerables en sus países de origen o tránsito.
El secretario Mayorkas dijo que el nuevo plan refleja el compromiso de la administración Biden de restaurar el liderazgo de Estados Unidos como un faro de esperanza y refugio para quienes huyen de la persecución y la violencia.
También reconoció los desafíos y las complejidades de manejar los flujos migratorios en la frontera sur e instó al Congreso a aprobar una reforma migratoria integral que brindaría un camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos.
El anuncio del nuevo plan de asilo se produce en medio de una oleada de migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México, impulsada por factores como la pobreza, la violencia, la corrupción, el cambio climático y la pandemia.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, más de 1,7 millones de migrantes se han encontrado en la frontera en el año fiscal 2021, que finaliza el 30 de septiembre.
De ellos, más de 900.000 han sido expulsados bajo el Título 42, mientras que a otros se les permitió ingresar a los EE. UU. para continuar con sus solicitudes de asilo o han sido devueltos a México bajo los Protocolos de Protección al Migrante, también conocido como el programa Permanecer en México.
Se espera que el nuevo plan de asilo enfrente desafíos legales por parte de legisladores republicanos y grupos conservadores que se oponen a cualquier relajación de la vigilancia fronteriza y acusan a la administración Biden de crear una «crisis» en la frontera.
Argumentan que poner fin al Título 42 alentará a más migrantes a realizar el peligroso viaje a los EE. UU., abrumará el sistema de inmigración y representará un riesgo para la salud pública en medio de la pandemia en curso.
También afirman que la mayoría de los inmigrantes no son auténticos solicitantes de asilo, sino inmigrantes económicos que abusan del sistema.
Sin embargo, los partidarios del nuevo plan dicen que el Título 42 ha sido ineficaz para disuadir la migración y ha causado más daño que bien al exponer a los migrantes a la violencia, la explotación y las infecciones por COVID-19 en México o en sus países de origen.
También dicen que la mayoría de los migrantes tienen solicitudes legítimas de asilo basadas en temores bien fundados de persecución o tortura en sus países de origen, y que merecen una audiencia justa y oportuna ante un juez de inmigración.
También señalan que los solicitantes de asilo contribuyen positivamente a la economía y la sociedad de los EE. UU. una vez que se les otorga protección y se les permite trabajar legalmente.
Dado que el Título 42 expirará a la medianoche del jueves, muchos migrantes que han estado esperando durante meses o años en México u otros países tienen la esperanza de que finalmente tendrán la oportunidad de buscar asilo en los EE. UU.
Sin embargo, también enfrentan incertidumbre y confusión sobre cómo el nuevo sistema funcionará y si calificarán para la protección.
La administración de Biden ha dicho que priorizará el procesamiento de aquellos que han estado esperando más tiempo bajo el Protocolo de Protección al Migrante u otros programas, pero no ha brindado una guía clara sobre cómo o cuándo serán admitidos en los EE. UU.
La administración también ha dicho que continuará expulsando a algunos adultos solteros bajo el Título 42 hasta que se elimine por completo, pero no ha especificado cómo determinará quién es elegible para una excepción.
La expiración del Título 42 marca un cambio significativo en la política de inmigración de EE. UU. y un gran desafío para la administración de Biden, ya que busca equilibrar los valores humanitarios con la seguridad fronteriza y las preocupaciones de salud pública.
El éxito o el fracaso del nuevo plan de asilo tendrá profundas implicaciones para las vidas de millones de migrantes que buscan seguridad y dignidad en los EE. UU., así como la reputación y el papel de los Estados Unidos en el mundo.
Cuando finalice el Título 42, los funcionarios estadounidenses volverán a utilizar el Título 8, que tiene décadas de antigüedad, según el cual los migrantes pueden ser procesados y detenidos mientras se revisan sus casos.
La presente crisis migratoria es un recordatorio al gobierno de Estados Unidos que debe asumir medidas radicales para abordar las causas profundas de la migración, incluida la inversión en América Central y la expansión de las vías legales para la migración.