Un importante estudio reciente ha revelado la presencia generalizada de formaldehído y conservantes liberadores de formaldehído en productos de cuidado personal que usan frecuentemente las mujeres negras y latinas.
La investigación, conocida como el Estudio de Balance, fue un esfuerzo comunitario que involucró a 70 mujeres negras y latinas residentes del sur de Los Ángeles.
Realizada a principios de 2021, las participantes utilizaron una aplicación para teléfonos inteligentes para registrar el uso de sus productos de cuidado personal durante una semana.
Posteriormente, los investigadores analizaron meticulosamente las listas de ingredientes de más de 1100 productos únicos, comparando sus hallazgos con datos nacionales de la Base de Datos de Sustancias Químicas y Productos (CPDat) de la Agencia de Protección Ambiental para comprender el alcance de la posible exposición en estas comunidades y en el contexto general de Estados Unidos.
Los resultados, publicados en 2025, proporcionan datos cruciales para los legisladores y activistas que promueven productos más seguros.
El formaldehído y conservantes liberadores de formaldehído sirven principalmente como conservantes en artículos de cuidado personal, previniendo el crecimiento microbiano y prolongando su vida útil.
Sin embargo, estas sustancias químicas distan mucho de ser benignas.
El formaldehído está reconocido como carcinógeno humano por organismos sanitarios competentes, se relaciona con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer y también es una causa común de dermatitis alérgica de contacto.
A pesar de estos problemas de salud documentados y de las medidas adoptadas por diversos gobiernos, incluyendo prohibiciones o restricciones en la Unión Europea y en varios estados de EE. UU. como California y Washington, así como alertas sanitarias y prohibiciones propuestas por agencias como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, estas sustancias químicas siguen formándose en productos ampliamente disponibles en el mercado.
El estudio «En balance» reveló niveles preocupantes de exposición entre los participantes.
Más de la mitad de las mujeres encuestadas informaron haber usado al menos un producto que incluía formaldehído, o conservantes liberadores de formaldehído, como ingrediente.
Si bien el porcentaje general de productos que contenían formaldehído y conservantes registrados fue inferior al de algunas estimaciones nacionales previas, el estudio detectó estas sustancias químicas en artículos de uso frecuente, a menudo a diario.
El conservante más comúnmente identificado fue la DMDM hidantoína, presente en casi la mitad de los productos para el cuidado de la piel y en más de la mitad de los productos capilares que contienen conservantes liberadores de formaldehído.
Estas sustancias químicas estaban presentes en productos básicos como lociones corporales, limpiadores, champús, geles para peinar e incluso cosméticos como delineadores de ojos y pegamento para pestañas.
Muchos participantes reportaron usar múltiples productos con conservantes liberadores de formaldehído a lo largo del día o la semana, lo que genera preocupación por la exposición agregada proveniente de diferentes fuentes.
Estos hallazgos resaltan cuestiones cruciales de la «justicia de belleza», un concepto que reconoce cómo las desigualdades raciales y étnicas pueden conducir a una exposición desproporcionada a sustancias químicas potencialmente tóxicas a través de productos comercializados para comunidades específicas.
Investigaciones previas han demostrado que las mujeres negras y latinas pueden usar ciertas categorías de productos, como planchas para el cabello, geles y cosméticos, con mayor frecuencia que otras poblaciones debido a los estándares culturales de belleza, el marketing e incluso la discriminación capilar.
Al centrarse en los patrones de uso de productos dentro de estos grupos específicos, el Estudio En Balance destaca cómo los factores sistémicos pueden contribuir a un mayor riesgo de exposición a sustancias químicas, lo que hace que esta población sea particularmente vulnerable y merecedora de medidas de protección específicas.
Las reacciones de diversas partes interesadas reflejan la urgencia de estos hallazgos.
Los investigadores de salud pública y los defensores de la comunidad que participaron en el estudio enfatizan que los datos proporcionan evidencia contundente de que las regulaciones existentes son insuficientes para proteger a los consumidores, en particular a aquellos en comunidades que ya enfrentan cargas ambientales acumuladas.
El estudio respalda los esfuerzos continuos de las agencias estatales y federales para reconsiderar y fortalecer las políticas relacionadas con el formaldehído y los conservantes liberadores de formaldehído en productos de cuidado personal.
Por ejemplo, la FDA ha propuesto prohibir el formaldehído en productos para alisar el cabello, y estados como California y Washington están implementando restricciones más amplias, lo que indica un creciente reconocimiento de la necesidad de controles más estrictos basados en datos de exposición en el mundo real, como los proporcionados por el Estudio En Balance.
En conclusión, la presencia de formaldehído y conservantes que liberan formaldehído en productos de cuidado personal de uso frecuente plantea riesgos continuos para la salud, especialmente para comunidades como las mujeres negras y latinas, que pueden enfrentar una mayor exposición debido a sus patrones de uso.
El Estudio En Balance proporciona datos vitales, generados por la participación de la comunidad, que llenan importantes lagunas en nuestra comprensión de la exposición a sustancias químicas en el mundo real.
Sus hallazgos constituyen un poderoso llamado a la acción para una regulación más estricta, impulsando la eliminación de estas sustancias químicas nocivas de los productos de consumo y promoviendo el acceso equitativo a opciones de belleza más seguras para todos.