Se espera que decenas de miles de personas salgan a las calles de Hong Kong el domingo para exigir que Carrie Lam renuncie, un día después que suspendió un proyecto de ley de extradición tras las protestas más violentas en décadas.
La presidente ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, retrasó el sábado indefinidamente el proyecto de ley que podría enviar a las personas a China continental para enfrentar un juicio, expresando «profunda pena y pesar».
Esta decisión fue uno de los cambios políticos más significativos del gobierno de Hong Kong desde que Gran Bretaña devolvió el territorio a China en 1997, y puso en tela de juicio la capacidad de Lam para continuar liderando la ciudad.
Los organizadores de la protesta del domingo dijeron que esperan que más de un millón de personas se presenten para la manifestación.
Los violentos enfrentamientos ocurridos el miércoles cuando la policía disparó balas de goma y gases lacrimógenos a los manifestantes se apoderaron de los titulares mundiales y obligaron a algunos bancos a cerrar sus sucursales.
Los críticos advierten que la propuesta de ley de extradición podría erosionar el estatus internacional de Hong Kong.
El sistema legal independiente de la ciudad esta garantizado por las leyes que regían el regreso de Hong Kong del régimen británico al chino hace 22 años, y las comunidades empresariales y diplomáticas consideran que es su principal activo en medio de las invasiones de Pekín.
Hong Kong ha sido gobernado bajo una fórmula de «un país, dos sistemas» desde su regreso a Beijing, lo que permite que las libertades no se disfruten en China continental pero no es un voto totalmente democrático.
Muchos acusan a Beijing de entrometerse extensamente desde entonces, incluida la obstrucción de las reformas democráticas, y la injerencia en las elecciones.
Algunos opositores del proyecto de ley de extradición dijeron que una suspensión no era suficiente, quieren que se deseche y Lam se vaya.
La reversión de Lam fue aclamada por grupos empresariales y gobiernos de ultramar.
Lam había dicho que la ley de extradición era necesaria para evitar que los criminales usen Hong Kong como un lugar para esconderse y que los derechos humanos serían protegidos por el tribunal de la ciudad que decidiría sobre las extradiciones caso por caso.
El principal diario de China condenó el domingo a los «lacayos anti China» de las fuerzas extranjeras en Hong Kong.
Los críticos, incluidos los principales abogados y grupos de derechos, señalan que el sistema de justicia de China está controlado por el Partido Comunista y dice que está marcado por la tortura y las confesiones forzadas, la detención arbitraria y el acceso deficiente a los abogados.
Las protestas de Hong Kong han sido las más grandes de la ciudad desde las manifestaciones a favor de la democracia centradas en la Plaza Tiananmen de Beijing el 4 de junio de 1989.
