El primer ministro de Líbano, Saad Hariri, dijo el martes que renunciará, en medio de las protestas que han afectado al país durante casi dos semanas.
al-Hariri, en su discurso a la nación, declaró que había llegado a un «callejón sin salida» al tratar de resolver una crisis desatada por las grandes protestas contra la élite gobernante.
Las protestas por la corrupción política y la agitación económica comenzaron después de que a mediados de octubre se introdujeran los planes, ahora descartados, para gravar las llamadas de WhatsApp.
El Líbano tiene uno de los niveles de deuda más altos del mundo.
Las protestas han llevado a un cierre de 10 días de los bancos, y muchas otras oficinas, escuelas y universidades también cerraron.
La renuncia de Hariri el martes apunta a crecientes tensiones políticas que pueden complicar la formación de un nuevo gobierno capaz de enfrentar la peor crisis económica del Líbano desde su guerra civil de 1975-90.
El acuerdo para compartir el poder que puso fin a la guerra civil del país hace 30 años ha mantenido la paz, pero no ha logrado detener la caída hacia la crisis económica.