El gobierno de Estados Unidos acusó el viernes a una ciudadana rusa de jugar un papel financiero clave en un plan respaldado por el Kremlin para llevar a cabo una «guerra de información» contra Estados Unidos, incluidos los intentos continuos de influir en las elecciones legislativas del próximo mes.
Elena Alekseevna Khusyaynova, de 44 años, se convirtió en la primera persona acusada de un delito por intentar interferir en las elecciones de 2018 en Estados Unidos, según un funcionario del gobierno que tiene conocimiento de la investigación.
Khusyaynova fue jefe de contabilidad del Proyecto Lakhta, una operación iniciada en 2014 y financiada por un oligarca ruso cercano al presidente ruso Vladimir Putin y dos empresas que controla, según una denuncia penal.
El oligarca, Evgeny Viktorovich Prigozhin, y sus dos compañías fueron acusados en febrero en la investigación separada del Asesor Especial Robert Mueller sobre la presunta intromisión rusa en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de 2016 para impulsar al eventual ganador Donald Trump sobre su oponente demócrata, Hillary Clinton.
El caso contra Khusyaynova se desveló el mismo día en que las agencias de policía y de inteligencia estadounidense emitieron una advertencia sobre los intentos de Rusia, China, Irán y otras entidades extranjeras de interferir en las elecciones al Congreso del 6 de noviembre, en las que los republicanos de Trump intentan mantener la mayoría en el Congreso.
Usando las redes sociales y otras vías, los rusos están librando una «guerra de información contra Estados Unidos» para sembrar desconfianza en el sistema político, según la denuncia, que acusó a Khusyaynova de conspirar para defraudar a Estados Unidos.