La policía en Hong Kong dispersó a manifestantes que asaltaron y saquearon el parlamento el lunes.
Los activistas habían ocupado el edificio del Consejo Legislativo (LegCo) durante horas después de realizar una protesta en el 22 aniversario de la transferencia de soberanía a China desde Gran Bretaña.
Después de la medianoche, cientos de policías aseguraron el edificio tras advertir a los manifestantes que lo despejaran.
El incidente sigue a semanas de disturbios en la ciudad por una polémica ley de extradición.
Cientos de miles de personas participaron en la protesta pacífica anterior, una manifestación en contra de una ley propuesta que los críticos temen que se pueda usar para extraditar a los disidentes políticos a China continental.
La asediada líder política de Hong Kong, Carrie Lam, ofreció una conferencia de prensa a las 04:00 hora local en la que condenó el «uso extremo de la violencia» de quienes irrumpieron en la legislatura.
Se habían planeado manifestaciones pacíficas para el lunes, 22 aniversario de la entrega de la soberanía.
Una marcha a gran escala, que involucró a cientos de miles de personas, tuvo lugar en la ciudad. La marcha transcurrió de una manera en gran parte pacífica.
Pero a la hora del almuerzo, decenas de manifestantes se separaron y se dirigieron al LegCo, Consejo Legislativo.
La policía advirtió a la multitud que utilizarían la fuerza y realizarían arrestos, pero retrocedió hasta una puerta interior antes de desalojar el edificio, en lugar de atraer a la multitud.
Cientos más fluyeron una vez que la policía se fue.
En el interior, desfiguraron el emblema de Hong Kong en la cámara central, levantaron la antigua bandera colonial británica, pintaron mensajes en aerosol a través de las paredes y rompieron muebles.
Luego, alrededor de la medianoche los manifestantes en el exterior del edificio se retiraron.
En el interior, los manifestantes fueron sacados a la fuerza por sus compañeros ocupantes en un intento de limpiar completamente el edificio.
Los legisladores demócratas Ted Hui y Roy Kwong se pararon frente a la policía pidiéndoles que dieran tiempo a los manifestantes para salir del área, informó el South China Morning Post.
Hong Kong regresó a China bajo una fórmula de «un país, dos sistemas» que permite libertades que no se disfrutan en China continental, incluida la libertad de protesta y un poder judicial independiente.
Beijing niega que interfiera, pero para muchos residentes de Hong Kong, el proyecto de ley de extradición es el más reciente paso hacia el control continental.
China se ha enfurecido por las críticas de las capitales occidentales, incluidas Washington y Londres, sobre la legislación.
Beijing dijo el lunes que Gran Bretaña ya no era responsable de Hong Kong y se oponía a su «gesticulación» sobre el territorio.
El lunes, la Unión Europea solicitó moderación y diálogo para encontrar un camino a seguir.
Una portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos instó a todas las partes a abstenerse de la violencia.
