Apenas unos minutos antes de que expirara el alto el fuego temporal entre Israel y Hamás a las 06:00 hora local del viernes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que sonaban sirenas para las comunidades cercanas a la Franja de Gaza.
Unos minutos más tarde, el ejército anunció que había interceptado un misil lanzado desde Gaza.
Esto marcó el final de una tregua de siete días entre las dos partes, que se vio empañada por la violencia y un intercambio de prisioneros palestinos.
Las FDI emitieron un comunicado culpando a Hamás de violar la pausa operativa y disparar hacia territorio israelí. «Las FDI han reanudado el combate contra la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza», decía el comunicado.
Poco después, sobre las 07.00 hora local, se produjeron más alertas sobre el sonido de sirenas en el kibutz Holit, en el sur de Israel.
Las FDI confirmaron que habían reanudado los ataques en Gaza, con aviones apuntando a objetivos de Hamás.
En las redes sociales surgieron imágenes y vídeos de ataques aéreos e intensos disparos en Gaza, así como de cohetes disparados hacia el sur de Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, informó que al menos 109 personas habían muerto y cientos más habían resultado heridas desde que terminó el alto el fuego.
Se siguieron disparando cohetes desde Gaza hacia Israel, y el ejército israelí instó a los civiles del sur de Gaza a huir a rutas de evacuación designadas para su seguridad.
La reanudación de los combates fue una sorpresa para muchos, ya que la tregua de una semana había permitido que Hamas liberara a más de 100 rehenes a cambio de 240 prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
Sin embargo, ambas partes se apresuraron a culparse mutuamente por la reanudación de la violencia.
Horas antes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió a Israel que cualquier reanudación de las operaciones militares en Gaza tendría que ser muy diferente. «Israel necesitaría designar con claridad y precisión áreas donde los civiles estarían fuera de peligro», dijo.
En respuesta a este llamado, el gobierno israelí arrojó folletos sobre partes de Gaza, instando a los civiles a utilizar un nuevo mapa de zonas de evacuación para protegerse.
El mapa, dividido en zonas numeradas, fue creado para advertir a los civiles sobre las áreas que debían evacuar en preparación para futuros ataques.
Sin embargo, el uso de estos mapas y advertencias plantea dudas sobre la seguridad y eficacia de este método.
Los folletos lanzados más temprano ese día no incluían zonas numeradas específicas y no está claro cómo se espera que las personas naveguen hacia las rutas de evacuación designadas sin rutas seguras identificadas en el mapa.
Cuando se reanudaron los combates en Gaza, surgieron informes de abusos y castigos colectivos por parte de guardias israelíes en las cárceles de prisioneros palestinos que fueron liberados durante la semana pasada.
Describieron que los golpearon, que los atacaron con perros y que les negaron artículos de primera necesidad como comida y mantas.
En respuesta a estas acusaciones, el Servicio Penitenciario de Israel emitió un comunicado diciendo que todos los prisioneros son tratados de acuerdo con la ley y tienen los derechos básicos legalmente exigidos.
Sin embargo, la Sociedad de Prisioneros Palestinos afirma que seis detenidos han muerto bajo custodia, y los informes afirman que los guardias incluso han orinado sobre los prisioneros esposados.
La reanudación de la violencia ha provocado una condena generalizada de la comunidad internacional, y el Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó su profundo pesar y pidió un alto el fuego duradero.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, dice que más de 14.800 personas han muerto, incluidos unos 6.000 niños, desde que Israel comenzó su campaña contra Hamás en Gaza.
Comenzó a bombardear el territorio después de que Hamás atacara Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y secuestrando a unas 240 más.
Durante la última semana, más de 100 de esos rehenes fueron liberados a cambio de la liberación de prisioneros palestinos de las cárceles israelíes.
A medida que se reanudan los combates, los líderes mundiales piden un alto el fuego duradero para evitar más pérdidas de vidas y sufrimiento en Gaza.