El miércoles, el presidente Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping celebraron una cumbre de cuatro horas en Woodside, California, para discutir una amplia gama de cuestiones, incluidas áreas de cooperación y desacuerdo entre las dos superpotencias.
Biden dio la bienvenida al líder chino en la finca Filoli, una casa de campo a unas 30 millas al sur de San Francisco, donde más tarde se reunieron para una cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
La reunión, que tuvo lugar un año después de su último encuentro en Bali, Indonesia, mostró el compromiso de ambos líderes de encontrar un camino para que las relaciones entre Estados Unidos y China avancen, a pesar de los muchos desafíos que quedan por delante.
Uno de los temas claves de discusión fue la competencia actual entre Estados Unidos y China. El presidente Biden reiteró que, si bien los dos países pueden competir, Estados Unidos siempre defenderá sus intereses, valores y aliados.
Destacó la necesidad de una gestión responsable de esta competencia para evitar que desemboque en un conflicto o una nueva Guerra Fría.
Los dos líderes también lograron avances en varios temas, incluida la lucha contra la fabricación y el tráfico de drogas ilícitas, con el establecimiento de un grupo de trabajo para la comunicación y cooperación continua en cuestiones antinarcóticos.
El presidente Biden enfatizó que esta medida impulsaría los esfuerzos de Estados Unidos para contrarrestar la amenaza cambiante de las drogas sintéticas ilícitas y reducir el desvío de precursores químicos.
Además, los dos líderes dieron la bienvenida a la reanudación de la comunicación militar de alto nivel, con las conversaciones de coordinación de políticas de defensa entre Estados Unidos y China y las reuniones del Acuerdo Consultivo Marítimo Militar entre Estados Unidos y China.
Los líderes también discutieron los desafíos regionales y globales, y el presidente Biden reafirmó el apoyo de Estados Unidos a un Indo-Pacífico libre y abierto que sea pacífico, próspero y seguro.
También enfatizó el compromiso de Estados Unidos de defender a sus aliados y mantener la paz y la estabilidad en el Mar de China Meridional y el Mar de China Oriental.
Sobre la cuestión de Taiwán, el presidente Biden reiteró la política de una sola China de Estados Unidos y su oposición a cualquier cambio unilateral del status quo.
Destacó que Estados Unidos espera que cualquier diferencia a través del Estrecho se resuelva pacíficamente y pidió moderación en el uso de la actividad militar en el Estrecho de Taiwán.
El presidente Biden también expresó su preocupación por las políticas comerciales injustas y los abusos de los derechos humanos de China, incluso en Xinjiang, el Tíbet y Hong Kong.
Los dos líderes también discutieron el conflicto entre Israel y Hamas, y el presidente Biden reiteró el apoyo de Estados Unidos al derecho de Israel a defenderse contra el terrorismo.
A pesar de estas áreas de desacuerdo, los dos líderes también reconocieron la importancia de trabajar juntos en desafíos globales, como el cambio climático y la deuda y el financiamiento climático en los países en desarrollo.
También discutieron la necesidad de una gestión responsable de la relación entre Estados Unidos y China, comprometiéndose ambas partes a mantener una diplomacia de alto nivel y consultas en áreas clave.
La cumbre marcó un paso significativo hacia la estabilización de la relación entre Estados Unidos y China, y ambos líderes mostraron su voluntad de entablar un diálogo constructivo y encontrar áreas de cooperación.
Los medios estatales chinos informaron que Xi le dijo a Biden que «el planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos países tengan éxito, y el éxito de un país es una oportunidad para el otro».
Sin embargo, el presidente Biden también dejó claro que, si bien creía en la confianza, también verificaría las acciones de China.
Este sentimiento se hizo eco en sus comentarios sobre la posibilidad de una reunificación pacífica entre China y Taiwán, destacando que la prioridad de Estados Unidos era mantener la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán y enfatizó la necesidad de que ambas partes entablen un diálogo pacífico para resolver las diferencias a través del Estrecho.
Biden también expresó su preocupación por las políticas comerciales injustas de China y los continuos abusos contra los derechos humanos, mientras que Xi instó a Estados Unidos a abstenerse de interferir en los asuntos internos de China.
Ambos líderes acordaron continuar la diplomacia de alto nivel y las consultas a nivel de trabajo sobre diversos temas que afectan la relación bilateral.
La reunión terminó con una nota positiva: ambas partes se comprometieron a gestionar la competencia de manera responsable y evitar conflictos o una nueva Guerra Fría.
El mundo ahora observará de cerca para ver si las promesas hechas en esta reunión se concretarán en acciones concretas.