El Departamento de Justicia de Estados Unidos dio a conocer una importante acusación formal el miércoles, en la que acusa a Rusia de orquestar una sofisticada campaña de influencia destinada a influir en las próximas elecciones estadounidenses.
Las acusaciones se centran en dos empleados de RT (antes Russia Today), un medio de comunicación ruso controlado por el Estado, que supuestamente canalizaron casi 10 millones de dólares a una empresa de creación de contenidos en línea con sede en Tennessee.
Esta empresa, identificada posteriormente como Tenet Media, publicó miles de vídeos en varias plataformas de redes sociales, incluidas TikTok, Instagram, X (antes Twitter) y YouTube.
La acusación formal, revelada en el Distrito Sur de Nueva York, acusa a los ciudadanos rusos Kostiantyn Kalashnikov, de 31 años, y Elena Afanasyeva, de 27, de conspiración para violar la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA) y de conspiración para cometer lavado de dinero. Ambos individuos se encuentran actualmente en libertad.
Según el Departamento de Justicia, Kalashnikov y Afanasyeva dirigieron y financiaron de forma encubierta las operaciones de Tenet Media, lo que dio lugar a la publicación de casi 2.000 vídeos que obtuvieron más de 16 millones de visitas solo en YouTube desde noviembre de 2023.
El contenido se centraba principalmente en cuestiones divisivas en la sociedad estadounidense, como la inmigración, la inflación y otros asuntos de política interior y exterior.
El plan supuestamente implicaba el uso de empresas fantasma en Turquía, los Emiratos Árabes Unidos y Mauricio para transferir fondos a Tenet Media con el pretexto de compras de productos electrónicos.
Por ejemplo, una transferencia bancaria de 318.800 dólares desde una entidad fantasma turca se describió como «COMPRA DE BIENES-INV.013-IPHONE 15 PRO MAX 512GB».
Lo que hace que este caso sea especialmente intrigante es la participación de varios comentaristas conservadores de alto perfil que supuestamente fueron reclutados por Tenet Media.
Aunque no figuran en la acusación, investigaciones posteriores de los medios de comunicación identificaron a estas personas como Dave Rubin, Tim Pool, Benny Johnson, Lauren Southern, Tayler Hansen y Matt Christiansen.
Estos comentaristas, ya figuras influyentes en la esfera conservadora en línea, supuestamente desconocían el respaldo ruso a Tenet Media. La reacción de los funcionarios estadounidenses fue rápida y contundente.
El fiscal general Merrick B. Garland declaró: «El Departamento de Justicia no tolerará los intentos de un régimen autoritario de explotar el libre intercambio de ideas de nuestro país para promover de forma encubierta sus propios esfuerzos de propaganda».
El director del FBI, Christopher A. Wray, añadió: «Las acciones de hoy muestran que mientras adversarios extranjeros como Rusia sigan participando en campañas de influencia hostiles, seguirán topándose con el FBI».
El caso ha provocado una onda expansiva en el panorama político y mediático, planteando preguntas sobre la vulnerabilidad de las plataformas en línea a las operaciones de influencia extranjera.
También destaca la evolución de las tácticas de Rusia desde la interferencia electoral de 2016, pasando de publicaciones burdas en las redes sociales a operaciones más sofisticadas que aprovechan a personas influyentes establecidas.
En respuesta a las revelaciones, YouTube tomó medidas rápidas y eliminó el canal de Tenet Media y otros cuatro canales operados por Lauren Chen, una de las fundadoras de Tenet Media.
Un portavoz de YouTube afirmó que esto era parte de sus «esfuerzos continuos para combatir las operaciones de influencia coordinadas».
Los comentaristas implicados han emitido declaraciones en las que se distancian del supuesto plan ruso. La mayoría afirmó haber sido víctimas de engaños y afirmó que desconocían la fuente de financiación de Tenet Media.
Sin embargo, su participación ha planteado preguntas sobre la debida diligencia en el mundo cada vez más lucrativo de los comentarios políticos en línea.
El caso también ha arrojado luz sobre los desafíos que enfrentan este tipo de operaciones de influencia.
A pesar del importante respaldo financiero y la participación de comentaristas populares, Tenet Media tuvo dificultades para ganar terreno, y muchos vídeos recibieron menos de 10.000 visitas.
Esto subraya la complejidad de manipular la opinión pública en el entorno mediático saturado y polarizado de hoy.
La acusación reveló detalles intrigantes sobre el funcionamiento interno de la operación.
Los agentes rusos supuestamente vigilaron las comunicaciones internas de Tenet, editaron contenido e incluso impulsaron narrativas específicas.
Por ejemplo, después de un ataque terrorista en Moscú en marzo de 2024, Afanasyeva supuestamente ordenó a un fundador de Tenet que culpara a Ucrania y Estados Unidos por el ataque.
El caso tiene implicaciones más amplias para las elecciones estadounidenses de 2024 y el debate en curso sobre la interferencia extranjera en los procesos democráticos.
Subraya la necesidad de una mayor vigilancia tanto de las plataformas tecnológicas como de los creadores de contenido para identificar y combatir las operaciones de influencia encubiertas.
A medida que se desarrollan los procedimientos legales, este caso es un indicador de los desafíos actuales para salvaguardar la integridad de los ecosistemas de información en la era digital.
Plantea preguntas críticas sobre la responsabilidad de los influencers, el papel de las plataformas de redes sociales y la naturaleza cambiante de la interferencia extranjera en los asuntos internos.