Presunto extremista de extrema derecha mató al menos a nueve personas en ataques contra dos bares de shisha en una ciudad en el oeste de Alemania la noche del miércoles, dicen las autoridades.
Los disparos comenzaron alrededor de las 22:00 (21:00 GMT) del miércoles, y el primer objetivo fue el bar shisha Midnight en el centro de la ciudad de Hanau.
Hanau, en el estado de Hesse, es una ciudad de 100.000 habitantes a unos 25 km al este de Frankfurt.
Luego, el sospechoso viajó en automóvil al vecindario de Kesselstadt, a unos 2.5 km (1.5 millas) de distancia, y abrió fuego en el Arena Bar & Cafe.
Las barras de shisha son lugares donde las personas se reúnen para fumar una pipa conocida como shisha o narguile.
Tradicionalmente se encuentran en los países de Oriente Medio y Asia, también son populares en muchas otras partes del mundo.
Los disparos provocaron una cacería humana. La policía identificó al pistolero a través de información de testigos y cámaras de vigilancia. Temprano el jueves, irrumpieron en la casa del sospechoso, cerca de la escena del segundo tiroteo.
El sospechoso y su madre de 72 años fueron encontrados en su departamento, ambos también fusilados.
El sospechoso de 43 años se suicidó, dice la policía.
Se encontró un arma al lado del cuerpo del sospechoso.
Los medios locales han identificado al sospechoso como Tobias R, ciudadano alemán, y algunos reportaron que tenía una licencia de armas de fuego y que se encontraron municiones de armas en su automóvil.
Las leyes de armas en Alemania se encuentran entre las más estrictas del mundo.
Los fiscales federales están tratando el caso como terrorismo.
Turquía dice que al menos cinco de los muertos eran ciudadanos turcos.
Miles de personas asistieron a vigilias por las nueve víctimas el jueves en Hanau y Berlín.
El gobierno alemán enfrenta llamados a hacer más para combatir la amenaza del extremismo de extrema derecha.
El fiscal federal de Alemania, Peter Frank, dijo que el sospechoso, Tobias R, de 43 años, publicó material en línea que mostraba una «mentalidad profundamente racista».
Hablando en Berlín, la canciller Angela Merkel dijo: «El racismo es un veneno. El odio es un veneno y este veneno existe en nuestra sociedad y ya es el culpable de muchos crímenes».