Una ola de bombardeos que mató a 290 personas en Sri Lanka el domingo se llevó a cabo con el apoyo de una red internacional, dijeron las autoridades.
El gobierno ha culpado a un grupo jihadista local poco conocido, National Thowheed Jamath, aunque nadie ha admitido haber realizado los atentados.
Otras 500 personas resultaron heridas en los ataques suicidas en iglesias y hoteles.
La policía arrestó a 24 personas en una serie de redadas y la oficina del presidente declaró el estado de emergencia nacional.
La declaración de emergencia, que entró en vigencia a partir de la medianoche (18:30 GMT) del lunes, otorga amplios poderes a la policía y al ejército para detener e interrogar a sospechosos sin órdenes judiciales.
Todos los ataques fueron llevados a cabo por terroristas suicidas, dijeron las autoridades.