Más de 3.500 centroamericanos habían llegado a Guatemala el viernes con destino a Estados Unidos, dijeron las autoridades.
El más reciente éxodo de Honduras que comenzó el miércoles ha sido acompañado por agentes fronterizos estadounidenses.
Los agentes fronterizos de los Estados Unidos están asistiendo a Guatemala.
Los migrantes viajan en grupos pequeños, mientras que otros forman caravanas de más de 100.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su gobierno estaba monitoreando la situación a medida que se acercaban los migrantes, diciendo que había 4.000 empleos disponibles en la frontera sur, así como refugios y asistencia médica.
No obstante, la mayoría de los centroamericanos que abandonan sus países para escapar de la pobreza y la violencia están ansiosos por llegar a los Estados Unidos.
El miércoles, el nuevo presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, sugirió que México evitaría que las caravanas lleguen a los Estados Unidos.
El nuevo líder Giammattei dijo que una de las principales prioridades sería revisar el texto de los acuerdos de migración hechos con los Estados Unidos.
A diferencia de Guatemala, México se ha negado a convertirse en un llamado tercer país seguro que lo obliga a aceptar las solicitudes de asilo de los migrantes que pisan su suelo.
Aún así, Trump ha amenazado con sanciones comerciales si no contiene el flujo de personas.