España desplegó sus tropas después de que un número récord de migrantes ingresaron el martes a su enclave de Ceuta en el norte de África desde Marruecos.

Unas 8.000 personas han llegado a Ceuta en dos días, dicen las autoridades españolas.

Dicen que los migrantes, la mayoría marroquíes y muchos de África, que incluyen a unos 1.500 menores, nadaron alrededor de las vallas fronterizas que se adentran en el mar o cruzaron durante la marea baja.

El primer ministro de España, Pedro Sánchez, ha prometido restaurar el orden. España dice que alrededor de la mitad de los migrantes han sido enviados de regreso a Marruecos. 

Algunos migrantes regresaron voluntariamente a Marruecos, mientras que otros fueron llevados por soldados.

Se dijo que la mayoría de los migrantes eran hombres jóvenes, pero también había varias familias. Muchos habían usado anillos inflables y botes de goma.

Empezaron a llegar a Ceuta en la madrugada del lunes. Al menos uno murió durante la travesía.

Sánchez viajó a Ceuta y Melilla para hacer frente a la crisis, que exacerbó las tensiones diplomáticas con Marruecos.

Las tropas españolas ayudaron en la playa para ayudar a la policía fronteriza en el principal punto de entrada de Ceuta: Tarajal, en el lado sur del enclave.

Los oficiales de la Guardia Civil española tuvieron que entrar en el mar para rescatar a niños pequeños.

Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla se han convertido en imanes para los migrantes africanos que intentan llegar a Europa. Ceuta tiene 80.000 habitantes.

Desde el siglo XVII, Ceuta y Melilla están bajo el dominio español, aunque Marruecos las reclama desde hace mucho tiempo. Tienen un estatus semi autónomo, como algunas regiones de la España peninsular.

La afluencia se produce en medio de una renovada tensión sobre el Sáhara Occidental, un territorio ocupado por España hasta 1975, cuando Marruecos lo anexó. 

Desde entonces se ha disputado entre Marruecos y el pueblo indígena saharaui, liderado por el Frente Polisario.