El presidente ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenburg, rechazó el miércoles las reiteradas llamadas de los legisladores estadounidenses para que renuncie.

Dos accidentes mortales de 737 Max 8 mataron a un total de 346 personas.

En octubre del año pasado, un Boeing 737 Max operado por Lion Air se estrelló, matando a las 189 personas a bordo.

Cinco meses después, un avión de Ethiopian Airlines se estrelló, matando a 157, después de lo cual toda la flota del 737 Max quedó en tierra.

Los legisladores estadounidenses acusaron a Boeing de construir «ataúdes voladores» y de participar en un «patrón de ocultamiento deliberado».

La acusación se produjo cuando el presidente del Comité Ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenburg, fue interrogado por el Comité de Comercio del Senado.

Los senadores dijeron que tenían serias preocupaciones de que Boeing pusiera ganancias sobre la seguridad, ya que se apresuró a obtener la autorización.

Muilenburg admitió que la empresa había cometido «errores».

«Aprendimos de ambos accidentes e identificamos cambios que deben hacerse», dijo.

Las familias de las personas que murieron en el accidente, muchas de las cuales asistieron a la audiencia, dijeron que Muilenburg debía renunciar.

Los senadores también criticaron el proceso regulatorio, diciendo que había una «intimidad» excesiva entre la empresa y los funcionarios de seguridad de la Administración Federal de Aviación (FAA).