El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mejor conocido como Lula, permanecerá en prisión después de un día de disputas legales.
La saga comenzó el domingo temprano cuando un juez federal, Rogério Favretto, quien tiene vínculos con el izquierdista Partido de los Trabajadores de Da Silva, ordenó la liberación del ex presidente.
Eduardo Thompson Flores, el jefe de la corte federal que condenó a Lula, ahora intervino y dijo que no hay base legal para su liberación.
Lula dice que es inocente y que el caso tiene motivaciones políticas.
Su condena fue parte de una investigación anticorrupción conocida como Operation Car Wash, que ha implicado a altos políticos de varios partidos.
El anuncio inicial de Rogerio Favreto, el juez de guardia del fin de semana, se produjo después de que miembros del Partido de los Trabajadores de Lula impugnaron su encarcelamiento en una solicitud el viernes.
Favreto había dicho que el político debería ser liberado de la cárcel mientras apela una sentencia de 12 años por corrupción y lavado de dinero.
«Con el debido respeto, el señor Favreto no tiene absolutamente ninguna autoridad calificada para anular la decisión», respondió el juez federal Sergio Moro, quien ha sido la fuerza impulsora detrás de Operation Car Wash.
Le dijo a la policía que esperara una aclaración sobre el impasse legal.
El juez Joao Pedro Gerbran Neto luego anuló la decisión y ordenó a las autoridades policiales y de la cárcel no tomar ninguna medida.
Faverto luego planteó su orden por tercera vez, pero el plazo de una hora que impuso a la policía pasó sin que se hiciera ningún movimiento para liberar al ex presidente.