Los estudios muestran cambios en los cerebros de los trabajadores de la embajada de los Estados Unidos en La Habana que informaron sobre una enfermedad a partir de finales de 2016.
Las exploraciones cerebrales avanzadas de empleados de la Embajada de Estados Unidosa que informaron que se habían enfermado mientras prestaban servicios en La Habana revelaron diferencias significativas con respecto a un grupo de control, según un nuevo estudio publicado el martes.
Sin embargo, el hallazgo hace poco para resolver la causa de una serie de misteriosos incidentes de salud que llevaron a la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a retirar a muchos empleados de Cuba.
Investigadores de la Universidad de Pensilvania dijeron que los síntomas descritos por los trabajadores de la embajada pueden reflejarse en sus escáneres cerebrales en comparación con los de voluntarios sanos.
En un comunicado, el gobierno cubano dijo que el estudio no era coherente con los anteriores y sólo sirvió para enturbiar el panorama. Dijo que tampoco ayudó a acercarse más al motivo de las dolencias reportadas por los diplomáticos.
La mayoría de los empleados fueron removidos de Cuba en 2017.
Los síntomas incluían dolor de cabeza, zumbidos en los oídos, trastornos del sueño, dificultad para pensar, problemas de memoria, mareos y problemas de equilibrio.
Trump dijo que Cuba es responsable de lo que el Departamento de Estado de los Estados Unidos llamó «lesiones importantes» sufridas por los trabajadores.
Los trabajadores de la embajada canadiense se quejaron de problemas misteriosos de salud similares y también fueron removidos de Cuba.
Los funcionarios cubanos han negado cualquier implicación.
En un informe anterior de la revista médica JAMA, el equipo universitario describió las lesiones sufridas por los primeros 21 diplomáticos que examinó como una conmoción cerebral sin un golpe en la cabeza.
Algunos investigadores han cuestionado si los hallazgos del estudio son significativos.
Los escépticos han cuestionado las afirmaciones del Departamento de Estado de que alguna arma desconocida había atacado a los trabajadores.
Muchos informaron haber escuchado sonidos «intensamente fuertes» provenientes de una dirección específica, que describieron como «zumbido», «chillidos penetrantes».
Es poco probable que el ruido en sí haya causado los síntomas directamente, según un estudio anterior, que observó que el sonido audible «no se sabe que cause una lesión persistente en el sistema nervioso central».