A partir del Día de Acción de Gracias, una ola de misteriosos avistamientos de drones arrasó Nueva Jersey y rápidamente se convirtió en noticia nacional.
Numerosas personas informaron haber visto formaciones de drones, más grandes que los modelos típicos de aficionados, volando de noche por todo el estado.
Los avistamientos ocurrieron cerca de lugares sensibles, incluido un centro de investigación militar y el campo de golf del presidente electo Donald Trump en Bedminster.
Los avistamientos generaron un revuelo en las redes sociales y las noticias locales.
Sin embargo, algunas personas se preguntaron si los objetos eran aeronaves no tripuladas o algo completamente distinto.
Los legisladores exigieron explicaciones a las autoridades estatales y federales, y el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, incluso escribió al presidente Joe Biden para solicitar respuestas.
El senador Andy Kim se unió a la «cacería de drones» y pasó una noche en la zona rural del norte de Nueva Jersey en busca de los misteriosos objetos.
El presidente electo Trump intervino en las redes sociales, expresando su creencia de que el gobierno sabía más de lo que dejaba ver e instando a las autoridades a «dejar que el público lo sepa, y ahora. De lo contrario, ¡¡¡derribarlos!!!»
Los avistamientos en Nueva Jersey provocaron una oleada de teorías conspirativas, alimentadas por la falta de una explicación oficial.
Algunos creían que los drones eran parte de una operación militar extranjera o un programa secreto del gobierno. Otros consideraron la posibilidad de una participación extraterrestre.
A medida que los avistamientos continuaban y se extendían más allá de Nueva Jersey hasta la ciudad de Nueva York, los funcionarios comenzaron a responder.
El alcalde Eric Adams anunció que la ciudad estaba investigando y colaborando con funcionarios federales y de Nueva Jersey.
Los funcionarios federales sostuvieron que muchos de los avistamientos probablemente eran aeronaves pilotadas mal identificadas, como aviones y helicópteros, que se confundían con drones.
Esta explicación no satisfizo a muchos, que señalaron la consistencia y la duración de los avistamientos, que a veces duraban horas.
El gobernador Murphy solicitó más recursos a la administración Biden para la investigación, enfatizando la necesidad de abordar la preocupación pública.
El FBI alentó a los residentes a compartir videos o fotos de los drones.
El representante Chris Smith criticó la «respuesta tibia» de las agencias estatales y federales, argumentando que los residentes de Nueva Jersey merecían acción y respuestas inmediatas.
El senador Richard Blumenthal de Connecticut fue más allá y pidió que los drones fueran «derribados, si es necesario», en particular si volaban sobre aeropuertos o bases militares.
Subrayó la urgencia de un análisis de inteligencia y la necesidad de abordar los temores públicos, aunque reconoció la posibilidad de que los drones pudieran ser obra de «operadores de drones no autorizados».
A pesar de la ansiedad y los llamados a la acción, el FBI anunció que los avistamientos de drones en Nueva Jersey no parecían representar una amenaza para la seguridad nacional, y señaló que no se había informado de ninguna actividad confirmada de drones en ningún espacio aéreo restringido.
Si bien muchos no quedaron convencidos con la explicación oficial, los detectives ciudadanos se encargaron de investigar, peinando la información y alentando la verificación de los hechos.
En medio de la incertidumbre y la especulación, una cosa quedó clara: el misterio de los drones de Nueva Jersey había capturado la imaginación del público, alimentando la fascinación y el miedo en igual medida.