La situación en Gaza ha empeorado aún más a medida que los ataques aéreos israelíes continúan teniendo como objetivo zonas densamente pobladas del territorio.
El martes, el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, fue atacado y mató a un gran número de personas, incluido un alto comandante de Hamás.
El ejército israelí afirma que el ataque tenía como objetivo a un comandante responsable del ataque del 7 de octubre contra Israel, pero Hamás lo ha negado.
El ataque al campo de refugiados ha causado daños catastróficos, y testigos presenciales y médicos han informado de un gran número de víctimas.
El hospital de la cercana ciudad de Gaza se ha visto abrumado por civiles heridos, y el director del hospital estima que decenas de personas han muerto en el ataque.
Los continuos ataques aéreos también han provocado una crisis de salud pública en la zona, con hospitales luchando por tratar al creciente número de víctimas y enfrentando una grave escasez de suministros esenciales.
El rey de Jordania ha subrayado la importancia de un alto el fuego con funcionarios estadounidenses, y varios países sudamericanos han cortado relaciones diplomáticas con Israel o han retirado a sus embajadores.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha rechazado los llamados a una pausa en los combates, afirmando que «este es un momento de guerra».
La situación en Gaza es terrible: los servicios de telecomunicaciones e Internet volvieron a cortarse el miércoles, lo que hace casi imposible la comunicación y el acceso a la ayuda.
El ejército israelí también ha ampliado sus operaciones terrestres en Gaza, con informes de intensificación de los combates en todo el territorio.
En el campo de refugiados de Jabalia, los edificios han sido arrasados por los ataques aéreos israelíes, dejando tras de sí un escenario de destrucción y caos.
Los rescatistas están trabajando incansablemente para sacar a los supervivientes de entre los escombros, pero aún no se conoce el número de víctimas del ataque.
Según el ejército israelí, el ataque tuvo como objetivo una red de túneles subterráneos y un centro de mando militante, pero los testigos refutaron esta afirmación y dijeron que los ataques aéreos alcanzaron edificios residenciales.
El número de víctimas en ambos lados del conflicto sigue aumentando: el ejército israelí ha informado de la muerte de 11 soldados en combates, la mayor pérdida diaria para las fuerzas armadas desde el ataque del 7 de octubre.
Las autoridades palestinas han estimado que más de 400 personas murieron y resultaron heridas en el campo de refugiados. Sin embargo, los medios de comunicación aún no han verificado de forma independiente el número exacto de víctimas.
Los ataques aéreos y las operaciones terrestres en curso han provocado una crisis humanitaria en Gaza, con miles de palestinos buscando refugio en hospitales superpoblados y escuelas convertidas en refugios improvisados.
El ejército israelí ha advertido a los civiles del norte de Gaza que evacuen hacia el sur, pero muchos no lo han hecho debido al peligro constante y la falta de rutas seguras.
Estados Unidos también ha participado en negociaciones para garantizar un paso seguro para los estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros que deseen salir de Gaza.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, visitará Israel el viernes para reunirse con funcionarios gubernamentales y realizar otras escalas en la región.
Si bien se están haciendo intentos para poner fin a la violencia, la situación en Gaza sigue siendo terrible.
Israel ha prometido aplastar la capacidad de Hamás para gobernar Gaza o amenazar a Israel, y Hamás ha seguido disparando cohetes contra Israel.
Las dos partes parecen estar lejos de cualquier solución, y el número de víctimas civiles inocentes, así como la destrucción y devastación en Gaza, no hacen más que aumentar.
El actual conflicto entre Israel y Hamás ha llegado a un punto crítico, con un devastador ataque aéreo contra un campo de refugiados densamente poblado en Gaza y la intensificación de los combates terrestres.
El número de víctimas en ambos bandos, especialmente entre los civiles, sigue aumentando mientras el conflicto no muestra signos de disminuir.
La crisis humanitaria en Gaza está empeorando, los hospitales se están quedando sin suministros y los intentos de lograr un alto el fuego y entregar ayuda han fracasado.
La comunidad internacional pide el fin de la violencia, pero ambas partes parecen decididas a continuar la lucha. El futuro de la región sigue siendo incierto a medida que el conflicto se intensifica y los países vecinos también se ven arrastrados a la contienda.