La tranquilidad de la pequeña ciudad eslovaca de Handlova se vio destrozada por un acto de violencia que sacudió a la nación hasta lo más profundo. Aproximadamente a las 14:30 hora local, el primer ministro Robert Fico fue hospitalizado en estado grave tras haber sido objeto de un intento de asesinato.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, una figura controvertida conocida por su postura prorrusa, recibió varios disparos, dejándolo en un estado crítico.
El ataque, descrito como motivado políticamente, ha provocado conmociones en todo el país y más allá.
El agresor, un escritor y activista político de 71 años, según informes de los medios locales no confirmados, expresó su descontento con las políticas del gobierno y su manejo de los medios estatales.
Un vídeo que circula en los medios eslovacos supuestamente muestra al sospechoso expresando sus quejas, aunque sigue sin estar claro si él es realmente el perpetrador detenido en el lugar.
El tiroteo se produjo en un día de importantes debates parlamentarios sobre la propuesta del gobierno de abolir la emisora pública eslovaca RTVS.
Este polémico tema ha provocado protestas generalizadas en las últimas semanas, lo que refleja las profundas divisiones dentro de la sociedad eslovaca.
En medio del caos y la incertidumbre que siguieron al ataque, llegaron reacciones de diversos sectores.
La presidenta saliente, Zuzana Caputova, expresó su profunda preocupación y señaló que aún no se ha comprendido plenamente la gravedad de la situación.
Destacó las peligrosas consecuencias de la retórica de odio en la sociedad y enfatizó la necesidad de combatir ese lenguaje divisivo.
El Viceprimer Ministro Taraba acusó a los partidos de oposición y atribuyó el tiroteo a lo que denominó «narrativas falsas» propagadas por adversarios políticos.
Se hizo eco de las aprehensiones anteriores de Fico sobre el potencial de tal violencia, subrayando el clima político volátil en el país.
El ministro del Interior, Estok, condenó el papel de los medios de comunicación a la hora de fomentar un entorno propicio a la violencia y acusó a ciertos medios de sembrar semillas de odio.
Calificó el intento de asesinato de “motivado políticamente”, lo que exacerbó aún más las tensiones ya elevadas en Eslovaquia.
El presidente electo Peter Pellegrini, un aliado político de Fico, condenó el ataque como una grave amenaza a la democracia eslovaca.
Destacó la importancia de expresar el disenso a través de medios legales y democráticos, instando a la unidad ante la adversidad.
Los líderes internacionales también opinaron sobre la situación: el presidente estadounidense, Joe Biden, condenó la violencia y ofreció asistencia al gobierno eslovaco.
El presidente ruso, Vladimir Putin, denunció inequívocamente el crimen y enfatizó que no podía haber justificación para un acto tan atroz.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se hizo eco de estos sentimientos y enfatizó que la violencia y los ataques no tienen lugar en una sociedad civilizada.
Mientras Eslovaquia lidia con las consecuencias de este descarado ataque contra su Primer Ministro, la nación se encuentra en una encrucijada, enfrentando divisiones políticas profundamente arraigadas y lidiando con las implicaciones de este impactante incidente.
El camino hacia la recuperación y la reconciliación parece largo y arduo, pero la resiliencia del pueblo eslovaco y el compromiso inquebrantable con la democracia ofrecen un rayo de esperanza en estos tiempos tumultuosos.