Thomas Cook colapsó después de que fracasaron las negociaciones de último minuto destinadas a salvar a la firma de vacaciones de 178 años.

La Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido dijo que el operador turístico «ha dejado de comerciar con efecto inmediato».

La compañía no pudo asegurar un paquete de rescate de sus prestamistas en conversaciones durante el fin de semana.

El cierre ha desencadenado la mayor repatriación en tiempos de paz con el objetivo de llevar a casa a más de 150,000 turistas británicos.

La firma administraba hoteles, centros turísticos y aerolíneas para 19 millones de personas al año en 16 países.

El fracaso del operador turístico pone en riesgo 22,000 empleos en todo el mundo, incluidos 9,000 en el Reino Unido.

Thomas Cook se vio afectada por una deuda de 1.700 millones de libras (2.100 millones de dólares), la competencia en línea, y un mercado de viajes cambiante.

Una de las marcas de vacaciones más conocidas del mundo, la empresa fue fundada en 1841 en Leicestershire por el ebanista Thomas Cook.

La liquidación marca el final de una de las compañías más antiguas de Gran Bretaña que comenzó realizando excursiones ferroviarias locales antes de sobrevivir a dos guerras mundiales.

Peter Fankhauser, director ejecutivo de Thomas Cook, dijo que el colapso de la empresa fue «una cuestión de profundo pesar».