Los Boston Celtics, impulsados por una potente combinación de dinamismo juvenil y experiencia experimentada, consiguieron el campeonato de la NBA 2023-2024 un lunes por la noche que quedará grabado para siempre en la memoria de los fanáticos de los Celtics y de toda la República Dominicana.
Este no fue simplemente otro campeonato; marcó la culminación de un largo y arduo viaje para Al Horford, un viaje que finalmente alcanzó su cima después de 17 temporadas, innumerables batallas de playoffs y un desgarrador casi fracaso en las Finales de 2022.
El TD Garden, el legendario estadio de Boston, se convirtió en el telón de fondo de este momento histórico en el que los Celtics, con su victoria por 106-88 sobre los Dallas Mavericks en el quinto partido, consiguieron su campeonato número 18, superando a Los Angeles Lakers con la mayor cantidad de títulos de la NBA en la historia.
Si bien toda la organización de los Celtics celebró este logro monumental, fue la historia de Al Horford la que resonó mucho más allá de la cancha de baloncesto.
Horford, nacido en Puerto Plata, República Dominicana, grabó su nombre en los anales de la historia del baloncesto, convirtiéndose en el primer jugador nacido en República Dominicana en alzar el codiciado trofeo Larry O'Brien.
Su viaje, que comenzó en una pequeña nación caribeña y atravesó gimnasios de escuelas secundarias, estadios universitarios y, finalmente, hasta el escenario más grandioso del baloncesto profesional, se convirtió en un testimonio de una dedicación inquebrantable, una confianza inquebrantable en sí mismo y un amor duradero por el juego.
La República Dominicana estalló en una celebración jubilosa cuando su hijo nativo logró lo que muchos habían considerado improbable.
El presidente Luis Abinader, un ferviente entusiasta del baloncesto, recurrió a X para expresar el orgullo colectivo de su nación y afirmó:
«Al Horford ha hecho historia como el primer dominicano en ganar una serie de Finales de la NBA… ¡Qué gran orgullo para nuestra patria! Felicitaciones ¡Por tu increíble logro!»
La importancia del logro de Horford tampoco pasó desapercibida para sus compañeros de equipo.
Jaylen Brown, MVP de las Finales y piedra angular de esta joven dinastía de los Celtics, no se anduvo con rodeos al describir el impacto de su compañero de equipo, tanto dentro como fuera de la cancha.
«Al Horford es una leyenda y un héroe de la vida real», exclamó Brown, resumiendo el sentimiento compartido por todos dentro de la organización de los Celtics. «Ha sido fantástico ser su compañero de equipo».
El camino hacia el campeonato no fue fácil, ni siquiera para un jugador del pedigrí de Horford. En el Juego 5 de las semifinales de la Conferencia Este contra los Cleveland Cavaliers, Horford realizó una actuación para todas las edades, registrando 22 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias, convirtiéndose en el jugador de mayor edad en la historia de la NBA en lograr esta hazaña estadística, solo superado por el legendario Kareem Abdul-Jabbar.
El impulso y el compromiso implacables de Horford, incluso a la edad de 38 años, fueron evidentes en cada posesión.
El entrenador de los Celtics, Joe Mazzulla, visiblemente emocionado después del partido, comentó sobre el espíritu inquebrantable de Horford:
«Cada uno es un líder en el equipo de una manera diferente. Al lidera instrumentalmente, no es un gran conversador. Esta noche, viste su don. «Su don es simplemente pasión, inspiración, dureza y naturaleza competitiva».
Pero en medio de las celebraciones, en medio de la lluvia de confeti en la cancha del TD Garden y en medio del gran amor y admiración de sus compañeros de equipo y fanáticos de todo el mundo, Horford se mantuvo firme y dedicó esta victoria a su tierra natal.
Agarrando con fuerza la bandera dominicana, regalo de su hija, proclamó: «Esto es para mi familia, ese apoyo que me ha acompañado siempre, y también para el pueblo dominicano… Me siento muy orgulloso de representar a todos los dominicanos».
El viaje de Horford, un testimonio de fe inquebrantable y perseverancia inquebrantable, sin duda inspirará a innumerables atletas jóvenes, no sólo en la República Dominicana, sino en todo el mundo.
Ha demostrado que incluso después de 17 temporadas, incluso después de luchar contra lesiones y reveses, incluso después de quedarse corto en el escenario más importante, los sueños aún se pueden hacer realidad con un compromiso inquebrantable y una fe inquebrantable en uno mismo.
En cuanto a Al Horford, el recién coronado campeón de la NBA y un motivo de orgullo para la República Dominicana, el futuro aún no está escrito.
Ha logrado lo que muchos pensaban que era improbable: grabar su nombre en los libros de historia y consolidar su legado como uno de los mejores jugadores de baloncesto dominicanos de todos los tiempos.
Y, sin embargo, cuando mira hacia el futuro, con su característico estoicismo y tranquila determinación, uno no puede evitar sentir que éste es sólo otro capítulo de lo que ya ha sido un viaje extraordinario.
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