Trump: «No me hago responsable en absoluto»

El presidente Donald Trump desvió la culpa de la capacidad rezagada de su administración para evaluar a los estadounidenses por el brote de coronavirus, insistiendo en su lugar, sin ofrecer evidencia, que la culpa recae en su predecesor, Barack Obama.

«No me hago responsable en absoluto», dijo Trump desafiante, señalando un «conjunto de circunstancias» no especificado y «reglas, regulaciones y especificaciones de un momento diferente».

Trump, que pasó semanas minimizando el coronavirus antes de declararlo una emergencia nacional el viernes, argumentó que el sistema de atención médica no fue diseñado para un brote en la escala del coronavirus

El viernes, el presidente de Estados Unidos Donald Trump dijo que no necesitaba aislarse a sí mismo, a pesar de encontrarse con al menos una persona que tenía el coronavirus.

Su prohibición de viajar a 26 países europeos, que se enfrentó con ira y confusión esta semana, entrará en vigencia a la medianoche EDT (0400 GMT) del viernes.

Instado nuevamente a explicar por qué no se ha realizado una prueba de coronavirus después de los informes de que ha estado en compañía de personas que dieron positivo recientemente, Trump dijo que no tenía síntomas y que no había necesidad de una prueba. 

Pero agregó que era probable que tuviera uno «bastante pronto», de todos modos.

En Canadá, el primer ministro Justin Trudeau comenzó un período de autoaislamiento de 14 días el viernes después de que su esposa dio positivo.

El presidente de Brasil, Jair Bolsanaro, ha resultado negativo, a pesar de que uno de sus principales colaboradores se enfermó recientemente. 

Ambos hombres se habían reunido recientemente con funcionarios estadounidenses, incluidos el presidente Trump y el vicepresidente Mike Pence.

Los mensajes de coronavirus del presidente Donald Trump confunden al público, según algunos investigadores de pandemia.

Dicen que manejar una pandemia es una de las tareas más difíciles para un líder, ya que hay un buen equilibrio entre no avivar el pánico y al mismo tiempo hablar sinceramente de los peligros.