El reciente aumento de enfermedades respiratorias entre los niños en China ha causado grandes preocupaciones, y los hospitales luchan por hacer frente a la afluencia de pacientes.
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) insta al gobierno chino a obtener más datos, el temor a una posible epidemia se ha apoderado de la nación.
Sin embargo, los expertos han aconsejado a la gente que no cunda el pánico y han asegurado que la situación está bajo control.
El aumento de las enfermedades respiratorias fue informado por primera vez por un hospital infantil de Beijing, que afirmó que estaba recibiendo un número abrumador de pacientes, superando con creces su capacidad.
A esto le siguieron informes similares del hospital pediátrico más grande de Tianjin, que recibió a más de 13.000 pacientes en sólo una semana.
La situación no fue diferente en la provincia de Liaoning, donde los hospitales se enfrentaban a un gran número de casos.
Como resultado, el Ministerio de Salud chino ha pedido a las autoridades locales que aumenten el número de clínicas para la fiebre y áreas de tratamiento, ampliando al mismo tiempo los horarios de servicio y garantizando una disponibilidad suficiente de medicamentos.
También han hecho hincapié en la necesidad de medidas efectivas en lugares concurridos como colegios y residencias de ancianos para reducir el flujo de personas y visitas.
El repentino aumento de casos también ha llamado la atención de la OMS, que ha pedido a China información más detallada sobre las enfermedades respiratorias y los brotes de neumonía notificados entre los niños.
Esta solicitud, según la organización, es rutinaria y no necesariamente sugiere ningún problema importante de salud pública.
Las autoridades sanitarias de China, por otra parte, han afirmado que el aumento de las infecciones probablemente esté relacionado con la primera temporada invernal completa del país después de que se levantaran las estrictas restricciones por la COVID-19 en diciembre pasado.
También han destacado la circulación de patógenos conocidos como Mycoplasma pneumoniae, una infección bacteriana común que afecta principalmente a los niños y prevalece en el país desde mayo.
Sin embargo, a pesar de la tranquilidad de las autoridades sanitarias, la OMS ha enfatizado la necesidad de que las personas tomen las precauciones necesarias, como vacunarse y aislarse si experimentan algún síntoma.
También han instado a las personas a buscar atención médica si es necesario y a seguir medidas para reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.
Mientras tanto, han surgido dudas sobre la transparencia de la presentación de informes en China, especialmente en las primeras etapas de la pandemia de COVID-19.
ProMed, un sistema público de vigilancia de enfermedades, también ha expresado su preocupación por el brote de neumonía no diagnosticada en varias zonas de China, incluidas Beijing y Liaoning, que están a casi 800 kilómetros de distancia.
Sin embargo, las autoridades sanitarias chinas han asegurado que no hay enfermedades inusuales o novedosas que provoquen el aumento de casos.
Expertos y virólogos han opinado sobre la situación, y algunos sugieren que el aumento de las enfermedades respiratorias podría deberse a una combinación de factores como el levantamiento de las restricciones por la COVID-19 y el inicio de la temporada invernal. También han señalado la probabilidad de que infecciones respiratorias estacionales de fondo contribuyan al aumento de casos.
La situación en China también ha despertado recuerdos de la pandemia de COVID-19, y algunos usuarios de las redes sociales han expresado temores de un posible nuevo virus originado en el país.
Sin embargo, los expertos han subrayado la necesidad de que la gente mire la situación desde una perspectiva científica y evite opiniones sesgadas.
Durante la pandemia, China ha experimentado un aumento de casos entre niños, con más de 7.000 ingresos diarios reportados en un hospital infantil de Beijing.
Otros hospitales en provincias cercanas como Tianjin y Liaoning también están luchando para hacer frente al elevado número de casos, lo que llevó al gobierno chino a pedir a las autoridades locales que aumenten el número de clínicas para la fiebre y tomen precauciones en lugares claves concurridos, como escuelas y residencias de ancianos.
La Organización Mundial de la Salud ha solicitado más información a China para comprender mejor la situación y evaluar el riesgo.
Sin embargo, las autoridades sanitarias chinas han declarado que el brote probablemente se deba a una mezcla de virus ya conocidos, incluido el Mycoplasma pneumoniae, que causa la «neumonía andante».
Los síntomas de esta enfermedad incluyen dolor de garganta, fatiga y tos persistente, que eventualmente puede convertirse en neumonía.
Si bien algunos padres en Shanghai no están demasiado preocupados por el brote, los expertos instan a la precaución y a la adopción de medidas como la vacunación, el aislamiento y el uso de máscaras para reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.
También subrayan la importancia de presentar informes precisos y oportunos para contener la propagación de posibles brotes.
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