EE. UU. Impone un Impuesto del 1% a las Remesas: El Declive del Efectivo

A partir del 1 de enero de 2026, enviar dinero desde EE. UU. estará a punto de ser un 1% más caro, pero solo si pagas en efectivo. Una nueva ley federal, One Big Beautiful Bill Act, introduce un impuesto del 1% sobre ciertas transferencias de dinero, lo que marca un cambio significativo para la industria de las remesas y los millones de personas que dependen de los servicios basados en efectivo.

Aquí está lo que necesitas saber sobre la ley y cómo te afectará.

¿QUÉ ES EL NUEVO IMPUESTO DEL 1%?

El nuevo gravamen no es un impuesto general sobre todas las transferencias de dinero. Está estrictamente enfocado en las transacciones financiadas con efectivo o equivalentes de efectivo.

El Impuesto del 1% Se Aplica A:

Transferencias Financiadas con Efectivo: Cualquier transferencia en la que pagues el monto principal utilizando moneda física.

Pagos Similares al Efectivo: Transferencias financiadas por instrumentos ampliamente considerados sustitutos del efectivo, como giros postales (money orders) y cheques de caja (cashier's checks).

¿QUÉ TRANSFERENCIAS ESTÁN EXENTAS?

La buena noticia para la mayoría de los usuarios digitales es que la ley exime prácticamente todos los métodos de pago electrónico. 

NO pagarás el impuesto del 1% si tu transferencia está financiada por:

-Transferencias directas de cuentas bancarias (ACH o transferencias electrónicas).

-Tarjetas de débito o crédito.

-Billeteras digitales (como Venmo, PayPal o Cash App) vinculadas a cuentas bancarias.

-La mayoría de las remesas de negocio a negocio (B2B) y de nómina.

¿QUIÉNES SON LOS AFECTADOS?

Esta ley se dirige a dos grupos principales:

Empresas de Remesas: Las Empresas de Servicios Monetarios tienen ahora la compleja tarea de actualizar sus sistemas para identificar con precisión el origen de los fondos para cada transacción, calcular el impuesto del 1% sobre las transferencias en efectivo y remitir los fondos al Tesoro de EE. UU.

Consumidores: El verdadero impacto lo sienten los individuos —a menudo los no bancarizados o sub-bancarizados— que dependen exclusivamente del efectivo o de los giros postales para enviar dinero a familiares y amigos. Para ellos, el costo de una transferencia aumentará en un 1% del monto enviado, a partir de 2026.

POR QUÉ ESTO ES UN «CAMBIO DE JUEGO» PARA LA INDUSTRIA

La ley obliga a una gran revisión operativa para las empresas de remesas:

Revisión del Sistema: Las empresas deben invertir fuertemente en nueva tecnología para diferenciar entre transacciones en efectivo y electrónicas, creando un mecanismo fiscal distinto para cada una.

Riesgo de Cumplimiento: El no recolectar y remitir el impuesto correctamente expone a las empresas a importantes sanciones financieras y auditorías gubernamentales.

Un Cambio a lo Digital: Al añadir un costo del 1% a las transferencias en efectivo, la ley crea un poderoso incentivo financiero para que los clientes cambien a métodos electrónicos, acelerando potencialmente el declive de los servicios basados en efectivo y favoreciendo a las plataformas con sólidas ofertas digitales.

¿QUÉ DEBERÍAS HACER AHORA?

Si eres un consumidor que actualmente usa efectivo, giros postales o cheques de caja para enviar dinero, ten en cuenta que tus costos aumentarán el 1 de enero de 2026. 

Podría ser el momento de explorar métodos de financiación alternativos y exentos de impuestos, como vincular tu servicio de transacción a una tarjeta de débito o cuenta bancaria.

Para las empresas de remesas, el reloj está corriendo. 

Las acciones inmediatas, desde evaluaciones de TI y capacitación del personal hasta la comunicación proactiva del cambio a los clientes, son esenciales para mitigar el riesgo antes de la fecha límite. 

El período de gracia temporal para el cumplimiento no durará para siempre.

El nuevo impuesto federal del 1% sobre transferencias de dinero en efectivo, vigente desde el 1 de enero de 2026, impactará a la industria de remesas y usuarios no bancarizados. 

Esta ley aumenta el coste para quienes usan efectivo/giros postales y fuerza a las empresas de servicios monetarios a actualizar su cumplimiento. 

En esencia, actúa como incentivo para la migración a métodos de pago digitales libres de impuestos.

Se proyecta que, para Estados Unidos, el valor total del mercado de remesas (valor de transacción) alcance aproximadamente US$10.000 millones en 2026. 

Se estima que los flujos de remesas salientes de Estados Unidos rondarán los US$138.000 millones en 2026.

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